Granizada frenó la economía de San Mateo Ozolco, Calpan
Verónica de la Luz
“Todo se perdió”, dice Sixta Sandoval Jiménez con una lágrima en los ojos. Habla de más de tres mil hectáreas de cultivo que perdieron los habitantes de San Mateo Ozolco, del municipio San Andrés Calpan.
La mujer de cabello largo y trenzado, como se usa en la comunidad, está triste, desesperada e impotente porque sus árboles de manzana, capulín, sus nogales y sus cactáceas de nopal quedaron destruidos por las “pelotas de tenis” que cayeron del cielo y golpearon el fruto de un año de trabajo.
Fue una granizada terrible, una de las más fuertes, según dice Adán Sánchez, uno de los productores.
Las mil 500 familias afectadas no pudieron hacer nada desde sus casas, que también veían caerse. Se olvidaron del frío, del miedo por los truenos, de los problemas familiares, de las clases, de los juegos. Desde la granizada del miércoles sólo tienen en la mente ¿con qué y cómo subsistir?
En todos los casos, esta cosecha era su patrimonio, su pequeña fábrica que si no les daba para lujos, por lo menos sí servía para llevarse a la boca café de olla con pan y un plato con frijoles.
Los habitantes no saben qué hacer, piden al gobierno una ayuda, una solución, un respaldo. Saben que hay casi 6 millones de habitantes en Puebla pero esperan que entre todas las necesidades, la suya sea escuchada porque no sólo piden, están dispuestos a ayudar con trabajo a las autoridades.
Imposible volver el momento en que los enormes granizos castigaron a su comunidad. Pero sí es posible –dicen- que con apoyo, las tres mil hectáreas se reactiven en la próxima cosecha. Mientras, quieren alguna fuente de empleo y alguna solución, despensas…
Desesperados, se acercan a las cámaras de los medios de comunicación. Son un vínculo para que su grito de “ayuda” llegue a oídos del gobierno, sirven para que sepan todos que hay 70 viviendas afectadas por la granizada, casas que por ser de láminas fueron más susceptibles a irse con la lluvia.
Perdieron frijol, peras, ciruelas, manzanas, nueces, capulines o nopales que no sólo serían para el consumo local, sino para la distribución en el centro del país. Las heladas “pelotas de tenis”, como describieron al granizo los habitantes, terminaron con el motor de la economía de San Mateo Ozolco, en San Andrés Calpan
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